lunes, 11 de junio de 2018

Generales Villistas (General Martin López-El Rayo de la Revolución)


General Martin López (El Rayo de la Revolución)

El General Martin López, nación en el Charco, Chih., el 3 de enero de 1896.  Martin López acompaño al General Francisco Villa desde el inicio de la Revolución Mexicana. Era bajito de estatura, pero grande a la hora de demostrar su valor y su temeridad. No era de extrañarse que fuera así, ya que creció bajo la sombra del General Villa, educándose de su ejemplo en las cosas de la guerra.

El General Martin López era dueño de una brillante hoja de servicios tras participar en todas y cada una de las batallas de la División del Norte, incluso después de la disolución de esta, acompaño a Villa en la guerra de guerrillas y en el ataque a Columbus.

Varios escritores de la época, mencionaban que el General Martin López era temerario en la lucha y terrible en la persecución del enemigo, también era un hombre noble y de gran corazón, nunca recurrió a la mezquindad de la represalia o la venganza por asuntos personales, ganándose por esto, al igual que sus hermanos el cariño paternal que Francisco Villa y Doña Luz Corral siempre le profesaron.

Don Alfonso Tarancena menciona, que:

“El pueblo, que nunca se equivoca le mostraba su cariño y su nombre era pronunciado de boca en boca con respeto y admiración, a ellos llegaban también los relatos y la fama de sus hazañas y el derroche de su valor en las filas de la División del Norte”.

La última batalla de este gran general, fue en La Labor, Dgo., luchando contra las fuerzas carrancistas al mando de los Generales Irineo Villarreal y Pablo Quiroga, en la batalla resultó herido en el estómago. 

Al enterarse de su herida, Villa mando traer al Dr. Francisco Morales de Canatlán para atender a su más querido subordinado, pero debido a la falta de atención médica inmediata, le dio un ataque de peritonitis el cual sentencio a muerte al joven general. Según las crónicas, durante su vida militar, había recibido 23 heridas en combate, de las cuales había escapado con vida.

El General Martin López Aguirre tenía 23 años al momento de su muerte en septiembre de 1919 y pese a su corta edad había llegado a ser el brazo derecho del General Francisco Villa.

Dicen las crónicas de la época, que el General Francisco Villa envolvió el cadáver del joven general con su pelerina y lo enterró en algún lugar ubicado entre San Juan del Rio y Canatlán, Dgo., sus restos hasta la fecha se encuentran ahí, en donde Villa los sepultó.

Los carrancistas buscaron el cadáver para cerciorarse que en verdad había muerto, pero jamás dieron con él. El famoso Martincito, como le decía el General Francisco Villa, duerme eternamente bajo el cielo de Durango.
Cabe hacer mención que las autoridades de Chihuahua y de el Charco develaron un monumento ecuestre en su memoria, ubicado a la entrada de El Charco, municipio de Chihuahua.

Además, en el kilómetro 28.5 de la carretera Chihuahua-Ciudad Cuauhtémoc, en el entronque con el camino al Charco, se encuentra el monumento del obelisco del Charco, Chihuahua, es un modelo muy sencillo en su estructura, está hecho de cemento, es de color blanco y en la punta cuenta con una luz resplandeciente roja. Este monumento es para conmemorar la participación importante en la revolución mexicana y dentro del villismo de los hermanos López, originarios de la comunidad de El Charco, Chihuahua.

Por último, existe una comunidad llamada General Martin López, municipio de Canatlán, Dgo., en honor del valiente general.

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