jueves, 2 de agosto de 2018

La Batalla de Zacatecas: Preparativos para el ataque-16 de junio de 1914


Los preparativos para el ataque-16 de junio de 1914


Después de la casi ruptura con Venustiano Carranza, el General Francisco Villa, planeo el ataque a la Plaza de Zacatecas y para el efecto dicto sus primeras órdenes. Decidió que el General Tomas Urbina (tal vez por ser su compadre), lo precediera en el mando de las operaciones, mientras el organizaba y daba un ligero descanso a las tropas de la División del Norte.



Ordeno que saliera el General Tomas Urbina con sus Brigada “Morelos” en los primeros trenes rumbo a Fresnillo, para luego instalarse frente a Zacatecas. Al día siguiente o sea el día 17 saliera la artillería villista al mando del General Felipe Ángeles y así sucesivamente, día con día, irían saliendo las brigadas hasta tener concentradas a todas ellas frente a Zacatecas, sumando unos 22 mil hombres aproximadamente, contando con las tropas del General Pánfilo Natera y Domingo Arrieta.



Asimismo, aunque Urbina llevaba el mando de las tropas, Villa le ordeno que en unión del General Felipe Ángeles estudiaran el terreno y planearan el ataque general, para en base a él, distribuir a las tropas en el dispositivo de ataque, manifestando el General Villa, que él, junto con su Estado Mayor estaría presente el 22 de junio, para supervisar el Plan de Ataque, iniciar el ataque a Zacatecas el 23 de junio con el apoyo de la artillería villista.



Antes de partir a Zacatecas, el 17 de junio, Villa le pregunto al General Ángeles, ¿Qué en qué condiciones estaba la artillería? A lo que le contesto Ángeles, que sus piezas estaban en magníficas condiciones, por lo que le ordeno Villa que partiera a Zacatecas, como ya había mencionado anteriormente y que preparara el plan de ataque, en unión de Tomas Urbina (de todos es sabido, que en la práctica fue el General Felipe Ángeles el que ideo el plan de ataque a Zacatecas), haciéndole hincapié que la batalla la quería ganar con el apoyo de la artillería villista.



El día 19 de junio por la mañana, el General Felipe Ángeles, comenzó a explorar el terreno por el rumbo de Morelos y las alturas que de ahí corren hacía el cerro de Loreto, cerro que se encuentra cercano a Zacatecas por la parte norte. Al llegar a San Vicente el General Ángeles y las tropas que lo acompañaban tuvieron un encuentro con tropas federales de caballería, recibiendo de inmediato refuerzos de Tomas Urbina, haciendo retroceder a los federales hasta Las Pilas y Hacienda Nueva, ya con el terreno despejado, pudo el General Ángeles trasladar toda la artillería hasta Morelos.



Ese mismo día, por instrucciones del General Ángeles, las tropas al mando del General Maclovio Herrera y Manuel Chao, avanzaron al mando de sus brigadas, hasta Cieneguilla y San Antonio, respectivamente, puntos situados al suroeste del cerro llamado “Clerigos”, con este movimiento se inició la distribución de las tropas en el dispositivo de ataque a Zacatecas.



El día 20 de junio, de acuerdo con Ángeles, dispuso  el  General   Urbina   que   las  tropas de la División del Centro, al mando del General Pánfilo Natera, acompañado de los generales Domingo Arrieta, Calixto Contreras, Santos Bañuelos, Martin Triana, Tomas Caloca y Tomas Domínguez, se trasladaran hacia Guadalupe, población ubicada a 7 kilómetros de Zacatecas y que parte de sus tropas, unida a las tropas del Coronel Severiano Ceniceros y de la Brigada “Villa”, al mando del General José Rodríguez, avanzaran hasta más allá de Veta Grande, con el fin de dar apoyo a la artillería que se estaba emplazando en ese lugar.



El General Felipe Ángeles, les mando 10 cañones a los generales Manuel Chao y Maclovio Herrera, para que los emplazara conforme a las disposiciones que el mismo dicto sobre el terreno y que deberían guardar disciplina de disparo y mantenerlas en silencio, hasta que se iniciara en forma el combate.



Durante todo el día, el General Ángeles y Tomas Urbina estuvieron ocupados distribuyendo a la gente, siempre bajo el fuego de los cañones de “El Grillo” y de “La Bufa”



El 21 de junio, se terminaron de emplazar 7 baterías, que se colocaron en Veta Grande, al norte de la ciudad, así como los 10 cañones que apoyarían con sus fuegos a las tropas de Maclovio Herrera y Manuel Chao, todas ellas con la orden de mantenerse en silencio



También se ordenó que las tropas de los coroneles Martiniano Servín y Mateo Almanza, se posicionaran en las faldas del cerro de “La Sierpe”, de esta manera se fue cerrando el cerco de la ciudad por la División del Norte

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El día 22 de junio, arribo a Calera el General Francisco Villa, junto con las tropas de las Brigadas “Ortega” y “Zaragoza”, al mando de los Generales Toribio Ortega y Eugenio Aguirre Benavides. De inmediato el General Toribio Ortega se desplaza con sus tropas hacia San Antonio, con el fin de reunirse con los generales Manuel Chao y Maclovio Herrera.



Asimismo, en virtud de de que le General José Isabel Robles se encontraba enfermo, tomo el mando de la Brigada “Robles” y el Coronel Raúl Madero tomo el mando de la Brigada “Zaragoza” y ambos marcharon a Veta Grande, con el fin de ponerse a las órdenes del General Felipe Ángeles.



Al llegar Villa a Zacatecas de inmediato se le puso al tanto del plan de ataque, que consistía en atacar primeramente los cerros de “Tierra Colorada” y “La Sierpe”, ataque que sería apoyado por el ataque al cerro de “Clérigos”, después de tomar estos cerros seguirían la “Bufa” y “El Grillo”, hasta que se generalizara totalmente el combate.



Al General Villa, le pareció que el plan de ataque era bueno, pero antes de darle el visto bueno, quiso recorrer el terreno y salió a efectuar un reconocimiento con su Estado Mayor, la pasar por Veta Grande, se fue acercando a la mina “De la Plata”, sitio en donde lo esperaba el General Felipe Ángeles, después de un breve cambio de impresiones y felicitarlo por el plan de ataque el dispositivo de ataque, le pidió que le señalara lo que sería el campo de batalla.



No solo cumplió esa orden el General Ángeles, sino que también le fue explicando la importancia militar de cada uno de los puntos que ocupaban los revolucionarios. La final del recorrido Villa le indico al General Ángeles, la forma en que se iniciaría el ataque, señalando hacia el cerro de “Tierra Colorada” comento;



“Yo atacare de costado por el lado de allá, por la derecha, en tanto que ustedes lo harán por el centro y por la izquierda”



En la tarde de ese día, el General Villa ordeno que la Brigada Morelos que fungiera como sostén de la artillería, fuera relevada por la Brigada Zaragoza. Después salió con varios oficiales del Estado Mayor, con el fin de recorrer todos los frentes. Antes de partir ordeno que le ataque se iniciaría a las 10 de la mañana del 23 de junio y que esta orden fuera comunicada a todas las tropas y que la señal para el inicio del ataque, sería un cañonazo.

La Batalla de Zacatecas: Preparativos para la Defensa de la Plaza


Preparativos para la Defensa de la Plaza

Después de derrotar a los revolucionarios, cuando estos pretendieron tomar la Plaza de Zacatecas del 9 al 14 de junio de 1914 ya al saber que la poderosa División del Norte al mando del General Francisco Villa avanzaba hacia Zacatecas, los federales, iniciaron los trabajos de defensa de la plaza.

Para esto, los federales organizaron dos líneas de defensa, la exterior con puntos de apoyo en los cerros “Magistral”, “Tierra Colorada” y “Tierra Negra”; en la Villa y Mesa de Guadalupe y en el “Cerro del Padre”.

La línea de defensa interior, cuyos puntos de apoyo se materializaba en los cerros “De la Bufa”, “Del Grillo” y “Lomas del Refugio”, construyendo únicamente emplazamientos de artillería “El Grillo” y “La Bufa” y algunas trincheras en la parte alta de los mencionados cerros, no en la cresta militar, si no, en la cresta topográfica. Otras posiciones importantes se materializaron, tales como los cerros de “Loreto”, “Los Clérigos” y “La Sierpe”

Los artilleros federales fortificaron la ciudad y emplazaron varias piezas de artillería, como a continuación se describe:

3 cañones de 80 milímetros en el cerro de “La Bufa”, 3 en el cerro de “El Grillo”, 2 en la “Loma del Refugio” y uno en “Santo Domingo”, en “El Capulín”, en “El Crestón Chino”, en el retén de “La Encantada” y en el “Cerro del Padre”.

Asimismo, el 20 de junio, arribo a Zacatecas proveniente de San Luis Potosí, el General Antonio G.   Olea, con mil hombres, 4 piezas de artillería de calibre 75 milímetros, ametralladoras, granadas y municiones. A continuación, el General Olea mando dos piezas al “Grillo”, con lo que su número ascendió a 5 cañones y las otras dos las mando a la “Bufa” existiendo en ese lugar en total 5 cañones.

En cuanto los efectivos de las tropas que defendían la plaza ascendían a aproximadamente 12 mil hombres y no menos de una docena de generales, que estaban al mando del General Luis Medina Barrón, recientemente ascendido a divisionario, por su triunfo sobre las tropas de Natera y Arrieta.

Entre los generales podemos citar a Benjamín Argumedo, “El Tigre de la Laguna” y los federales Jacinto Guerra, Manuel Altamirano, Antonio Rojas, José Soberanes, Juan N. Vázquez, Lucio Gallardo, Francisco A. Figueroa y otros más de menor jerarquía, pero muy importantes.

En resumen, Victoriano Huerta concentro en Zacatecas a todos los elementos de línea que pudo disponer, aumentados por los que obligaban alistarse en el ejercito de leva.

En sus memorias el General Antonio G, Olea, menciona que cuando se presentó ante el comandante en jefe de la plaza, General Luis Medina Barrón, le dijo lo siguiente:

“La Plaza de Zacatecas no era defendible, que lo mejor sería evacuarla, retirándonos hacia el Cañón de Palmira, ubicado a 12 kilómetros de Zacatecas”.

“A lo que me contesto, que eso era imposible y me enseño un telegrama de la Secretaría de Guerra, en donde se le ordenaba terminantemente que debería defender la plaza a toda costa”.

Mientras tanto las tropas de la División del Centro y la de Durango, recibieron órdenes para que fuera evacuada Calera, con el fin de dejar espacio y alojamiento para las tropas villistas que ya venían en camino.

En acatamiento a lo ordenado, las tropas de Durango, ocuparon posiciones en el cerro de “Mata pulgas” y la cordillera de las minas de Tinto por el ala derecha, mientras que las tropas de la División del Centro se posesionaron de las “Cumbres de Santa Fe” y del “Cerro del Mezteño” con lo había quedado cubierto el sur de la Plaza de Zacatecas, con el fin de cortar la retirada del enemigo si la ocasión se presentaba.

La Batalla de Zacatecas: Antecedentes

Antecedentes de la Batalla de Zacatecas

Transcribo para ustedes el ultimo telegrama que le enviaron a Carranza los generales villistas de la División del Norte, encabezados por el General Felipe Ángeles, telegrama que fue, el punto de quiebre para el futuro del General Felipe Ángeles, que años después le costó la vida, cuando fue asesinado por órdenes de Carranza y cito:



"Su   último   telegrama   nos hace suponer que usted no ha entendido o no ha querido entender nuestros dos anteriores.  Ellos dicen, en   su parte   más importante, que nosotros no tomamos en consideración la disposición de usted para que  deje  el  General  Villa  el  mando de la División  del  Norte,  y  no podíamos  tomar  otra  actitud  en contra  de  esa disposición  impolítica, anti constitucionalista y antipatriótica”.



“Hemos   convencido   al general Villa de que los  compromisos   que  tiene   contraídos   con  la  patria,   lo   obligan   a  continuar   con  el mando   de   la   División   del   Norte,   como  si  usted   no hubiera    tomado   la   malévola   resolución   de   privar   a nuestra   causa  democrática de  su  jefe  más  prestigiado, en  quien   los  liberales  y los  demócratas mexicanos  tienen  cifradas  sus  más  caras  esperanzas”.   



“Si él lo escuchara a usted, el pueblo mexicano, que ansía el triunfo de   nuestra   causa.   no   sólo  anatematizaría   a  usted por   solución    tan   disparatada,    sino    que   vituperaría también   al   hombre   que  en   camino   de  libertar  a  su país de  la  opresión  brutal   de  nuestros  enemigos,  abandona  las  armas  para  sujetarse   a  un  principio  de  obediencia   a  un  jefe  que  va  defraudando  las  esperanzas del  pueblo  por  su  actitud   dictatorial, su  labor  de  desunión   en  los   estados  que   recorre,  y  su  desacierto   en la     dirección de nuestras relaciones exteriores”.



“Sabemos   bien que   esperaba usted la ocasión     para opacar un   sol que opaca el brillo de usted    y contraría   su deseo de que no haya en la revolución, hombre de poder que no sea incondicional carrancista, pero por sobre los   intereses de usted, están los del pueblo    mexicano, a quien es indispensable la   prestigiada    y victoriosa espada del   señor General   Villa”.   



“Por lo expuesto, participamos   a usted   que la resolución de marchar hacia el Sur es terminante, y por consiguiente no pueden ir a ésa los generales que usted indica. De usted   atentamente. General Felipe Ángeles”.



A pesar de todos estos antecedentes, el rompimiento   no se produce, todavía entre ambos jefes. Carranza permite que Villa se dirija a Zacatecas y aguarda los acontecimientos, la insubordinación de los generales villistas Carranza tuvo que tolerarla circunstancialmente, debido a las condiciones específicas del frente.



El distanciamiento definitivo y ulterior enfrentamiento, vendrá después de la Batalla de Zacatecas, ya que dese mucho antes no había confianza mutua entre ellos, porque si Villa desconfiaba de Carranza, tampoco Carranza confiaba en Villa, esta falta de confianza iba haciendo más peligrosa la situación.



Al menos para entender la desconfianza que el General Francisco Villa sentía por Carranza. En sus memorias Villa menciona lo siguiente:



"A poco de estar en Ciudad Juárez equipando mis fuerzas para emprender un nuevo ataque sobre Torreón, supe que me había nombrado como superior al General Álvaro Obregón, quien nada sabía, ni tenía que ver con los asuntos de Chihuahua'".



Villa sigue con su relato y nos recuerda su primera entrevista con Carranza:



"Llegó el día en que nos vimos el Primer Jefe y yo, mi primer impulso   fue de respeto hacia aquel anciano que traía la representación del honor y la justicia, por la que nuestra gente se moría en los combates, pero a las pocas palabras que hablamos mi sangre se empezó a helar, porque comprendí que no le podría abrir mi corazón, pues para él no era yo un amigo sino un rival “.



“Jamás me miraba derecho y toda su conversación se reducía a recalcarme nuestras diferencias de origen, haciéndome ver que él lo había sido todo: desde presidente municipal, jefe político, gobernador, senador, hasta Primer Jefe”.



“Nada había de común entre aquel hombre y yo; él era un político y yo un humilde luchador, nos separamos aparentemente en buena armonía, me aguanté el disgusto y me fui a atacar Torreón."



A partir de ese momento, el General Francisco Villa, nunca le tuvo confianza a Carranza. En lo particular, para mí, Carranza no merece estar en el sitio en donde está, ya que con sus intrigas provoco que el movimiento armado se extendiera más y hubiera muchos más muertos.



El asesinato del General Emiliano Zapata y del General Felipe Ángeles, el primero a causa de una traición hospiciada por él y el segundo, producto de un remedo de consejo de Guerra, siempre fue una mancha a su gobierno, afortunadamente el tiempo siempre hace pagar a todos los que como él se conducen con traición y en este caso murió asesinado en Tlaxcalatóngo, Pue.