jueves, 9 de agosto de 2018

General Francisco Villa: Villa, rompe con Carranza.



A continuación, voy a comenzar a describir como fue la Batalla de Zacatecas, pero para esto necesariamente voy a darles los antecedentes de esta gran acción de armas de la División del Norte y comencemos.

Cabe hacer mención que en la Batalla de San Pedro de las Colonias (Pronto voy a subir el relato), la División del Norte destruyó lo que quedaba del ejercito huertista en la región. Después de este hecho de armas, Villa regresa a Chihuahua, con el fin de planear las siguientes operaciones militares, teniendo como eje la vía férrea del ferrocarril central, el cual pasaba por las plazas de Zacatecas y Aguascalientes y terminaba en la Ciudad de México.

Por lo que, por pura lógica a la División del Norte le tocaba tomar la Plaza de Zacatecas. La toma de esta plaza, era indispensable d4esde el punto de vista militar. Para esto, el General Francisco Villa empezó a planear el avance hacia esa plaza, sin darle cuenta a nadie, ya que desde el principio, el operaba con total independencia en lo logístico y en lo operativo, debido a que Venustiano Carranza no le daba ningún elemento, no lo tomaba en cuenta, y no lo tomaba en cuenta, porque tenía  organizado  un magnifico servicio de abastecimiento desde la retaguardia, que funcionaba eficientemente sin la intervención de algún autoridad que no estuviera sometida a su mando.

Esa independencia de movimientos, le dio un gran poder a la División del Norte y que, por su notoria importancia, el General Victoriano Huerta decidió mandar sobre él, lo mejor del Ejército Federal, con el fin de impedir su avance hacia la ciudad de México. Villa después de derrotar a los huertistas en Torreón y San Pedro de las Colonias, como dije antes, se regresó a Torreón y a Chihuahua, con el fin de reabastecerse de municiones y otros implementos bélicos, además de esperar que fuera reparada la vía férrea que conducía a Zacatecas, levantada por el ejército huertista, para avanzar sobre Zacatecas.

Venustiano Carranza, celoso de que el prestigio del General Francisco Villa iba en aumento, ordeno que la División del Norte marchara sobre la Plaza de Saltillo y la tomara a como fuera lugar, cosa que molesto a Villa, ya que la toma de esta ciudad le competía a la División del Noroeste, al mando de Pablo González “Pablo Carreras” apodo que le pusieron porque siempre era derrotado, que desde hace tiempo permanecía en Monterrey sin hacer nada.

El General Francisco Villa, siempre leal y disciplinado dio cumplimiento a esta orden, aunque significara con esto, que gastara víveres, municiones y otros implementos bélicos destinado al ataque a Zacatecas, se dirigió con gusto a tomar Saltillo, para esto derroto a los federales en Paredón, causándole muchas bajas, provocando con esto, que la plaza de Saltillo, que estaba al mando del General Joaquín Mass, fuera evacuada inmediatamente.
    
Pudo   entonces     el   general    Villa    poner   la capital    coahuilense    en   manos   de   las    autoridades    civiles designadas   por   Venustiano Carranza. Después de esta brillante acción de armas, la División del Norte regreso a Torreón, con el fin de proseguir sus operaciones hacia el sur.

(Abro un paréntesis en el relato para decir, sin temor a equivocarme que los triunfos de la División del Norte en Ciudad Juárez, Ojinaga, Torreón, San Pedro de las Colonias, Paredón y Zacatecas, fueron los que determinaron la caída del Gobierno de Victoriano Huerta, por lo tanto, se debe reconocer, que Villa a pesar de todos sus defectos, fue el instrumento eficaz y definitivo para la derrota toral del Ejército Federal y del gobierno Huertista)

Después de los triunfos obtenidos por el General Francisco Villa, en San Pedro de las Colonias, Paredón y toma de la Plaza de Saltillo, el prestigio militar del general iba en aumento, por lo que, Venustiano Carranza temía que Villa que operaba con total independencia de su jefatura, que marchara sobre Zacatecas y sobre la Ciudad de México.

Carranza, debió haber comprendido que significaba que el General Francisco Villa entrara primero en la Ciudad de México y empezó a ponerle obstáculos a su carrera brillante que ponía en peligro su hegemonía sobre él, de ahí que ordenara que el General Panfilo Natera, Jefe de la división del Centro y el General Martin Arrieta con las fuerzas a su mando atacaran Zacatecas, con el fin de restarle gloria y prestigio.

Carranza al enterarse de esto, le ordeno al General Francisco Villa que mandara 3 mil hombres para reforzar el ataque de Natera el día 11 y 5 mil más con algo de artillería el día 12, lo cual debido al estado de atraso de las vías férreas, el General Villa estimaba que las tropas que salieran de Torreón llegarían a Zacatecas al cabo de 5 días, por consecuencia   juzgaba   inútil   mandar los refuerzos   que   ordenaba Carranza, además, Natera ya  habían   sido  rechazados,  Carranza,  insistía   en  que  se  enviara  los refuerzos,   negándose   a  admitir la  proposición   que  le   hacía  el  general  Villa,  para  marchar con  toda  su  división.

Era lógico lo que pedía Villa, era claro que    en   un   solo   día   no   podrían     salir de Torreón    todas    las   tropas    de   la   División del Norte, ¿Por qué entonces   oponerse   a que   tras   los refuerzos marcharan las demás   tropas?   Era claro, porque de ese modo fracasarían las intrigas de Carranza, para que no se le reconociera el triunfo en Zacatecas al General Francisco Villa a la División del Norte.


El 13 de junio de 1914, se da inicio a una conferencia telegráfica entre del General Francisco Villa y Venustiano Carranza, dándose en un lenguaje arrogante, violento y desconocido.

La Batalla de Zacatecas (Segunda parte-23 de junio de 1914)


A las 10 de la mañana como dijimos antes, se rompió el fuego en todas las líneas del frente de ataque villista. Principalmente proveniente de los cañones villistas que se encontraban ubicados en Vetagrande y la mina de la Plata, descargando toda su potencia de fuego sobre las posiciones federales, quienes se desconcertaron por la dirección de los disparos. Cabe hacer mención que las baterías villistas cambiaron de posición, precisamente para causar sorpresa a los federales.

Por el suroeste del dispositivo de ataque, sonaba aterrador el cañoneo de las baterías villistas al mando del coronel José Carrillo, quienes apoyaban con sus fuegos el avance de las tropas de la Brigada “Benito Juárez”, al mando del General Maclovio Herrera.

Mientras que, por el norte, las brigadas Villa y Cuauhtémoc avanzaron desde sus posiciones en la Hacienda Nueva, sobre el flanco del cerro de Loreto, apoyados por las baterías al mando del capitán Manuel Quiroz, emplazadas en Vetagrande. Al otro lado del cerro de Loreto, los federales recibían una lluvia de fuego sobre sus posiciones, provenientes de las baterías ocultas en la mina de La Plata al mando del General Felipe Ángeles

Por su parte la artillería federal que estaba emplazada en los cerros de “El Grillo” y “La Bufa” contestaban los fuegos de las baterías villistas, pero sus disparos eran siempre hacia la retaguardia de las tropas villistas, dando lo elevado de sus posiciones.

El fuego de las baterías villistas al mando del General Felipe Ángeles, causaba enormes estragos y desconcierto en las filas federales, aprovechando esta situación las tropas villistas avanzaron hasta tomar a sangre y fuego las trincheras ubicadas en el cerro de Loreto, las cuales los federales abandonaron en desordenada retirada, batidos por los certeros disparos de la artillería villista.

Apenas habían transcurrido unos cuantos minutos desde el inicio del combate y asalto al cerro de Loreto, y ya los revolucionarios tenían en su poder el cerro de Loreto y enseguida el de Tierra Negra, ubicado cerca del cerro de “La Bufa”

Por el lado derecho del cerro de Loreto avanzaron las tropas de las Brigadas “Villa” y “Cuauhtémoc”, al mando de los generales José Rodríguez y Trinidad Rodríguez, este último perdió la vida durante el asalto al cerro al igual que otros valerosos oficiales. Por el lado izquierdo de Loreto, avanzaron las tropas de la Brigada Zaragoza, al mando del coronel Raúl Madero

Mientras tantos, el cerro de Tierra Colorada o Tierra Negra fue tomado por tropas de las Brigadas “Morelos”, “Robles”, “Juárez de Durango” y “Guadalupe Victoria”, al mando de los generales Tomas Urbina, Eugenio Aguirre Benavides, Severino Ceniceros y el coronel Miguel González. La caída de estos dos cerros fue el principio del fin de la guarnición federal que defendía Zacatecas

A las once de la mañana, la caballería y la infantería villistas, estaban formadas y resguardadas en el cerro de Loreto en espera de órdenes, mientras que, después de consultarle al General Felipe Ángeles, el General Francisco Villa, ordena el desplazamiento de las baterías villistas hacia el cerro de Loreto, con el fin de darle apoyo con sus fuegos al coronel Martiniano Servían, quien al mando de sus tropas avanzaba penosamente por las faldas del cerro de “La Sierpe”.

El General Villa desde Loreto, ordeno que varias ametralladoras dispararan sobre las posiciones fedérales ubicadas en “La sierpe”, mientras que se emplazaba una batería al mando del mayor Federico Cervantes, la cual, al estar lista, de inmediato abrió fuego sobre el cerro de “La Sierpe”. Al poco tiempo se emplazó otra batería al mando del capitán Gustavo Duron, batiendo las posiciones federales, causando graves estragos por la gran precisión de sus disparos


los federales desalojaron sus posiciones y empezaron a huir por las faldas del cerro de “La Sierpe”, acosados por los disparos de las baterías al mando del capitán Gustavo Durón y el empuje de la infantería al mando del coronel Martiniano Servín, tras un duro combate cayo a sangre y fuego el cerro de “La Sierpe”. Cubriéndose de gloria la artillería villista al mando del General Felipe Ángeles, del mayor Federico Cervantes y del capitán Gustavo Durón

Con la toma de estas tres posiciones, el General ángeles, considero que sería más fácil desalojar a los federales que estaban atrincherado en la cúspide del cerro de “El Grillo” y una vez tomada esta importante posición la victoria final estaría al alcance de los revolucionarios. Fue entonces que el General Francisco Villa dispuso que la artillería bajo el mando del General Felipe ángeles cubriera el avance de las Brigadas “Zaragoza”, “Villa” y “Cuauhtémoc”, al mando del coronel Raúl Madero y del general José Rodríguez (Cabe hacer mención que el comandante de la Brigada “Cuauhtémoc”, General Trinidad Rodríguez había muerto en el asalto al cerro de Loreto) sobre las defensas federales de “El Grillo”.

Pero volver a emplazar la artillería en mejores emplazamientos no resultaba fácil, ya que al tenerse que moverse las piezas, atrajeron sobre ellos un fuego nutrido de fusilería y cañonazos desde “La Bufa”, que causo muchas muertes y muchos heridos. Mucho sufrió el capitán Gustavo Duron, para mover y emplazar sus baterías de nuevo.

Asimismo, el General Villa y el General ángeles eran constantemente informados por el General Tomas Urbina, del avance de las Brigadas “Juárez de Durango” y “Guadalupe Victoria”, al mando de los coroneles Severino Ceniceros y Miguel González, respectivamente, sobre el cerro de “La Bufa” y de la Brigada “Benito Juárez” y de las tropas de la División del Centro, la mando de los generales Maclovio Herrera y Pánfilo Natera por el sur.

Por lo que, platicando con el General ángeles, Villa le comento que, en cuanto los federales sean desalojados de “El Grillo”, sus tropas podrían desbaratar todas las defensas de los federales en Zacatecas y derrotar la resistencia de la restante guarnición federal.

Una vez que quedaron emplazadas las baterías villistas, Villa ordeno que toda la gente que sostenía a la artillería y que había quedado a la retaguardia, se pusieran bajo el amparo de la artillería y se colocaran en línea de tiradores.

Los federales posesionados en el cerro de “El Grillo” y la “La Bufa” al ver la gran concentración de tropas alrededor de la artillería villista, concentro sus fuegos sobre ese sitio, desmontando varios cañones y causando muchos muertos, además de causar el pánico en los que se encontraban ahí, estos pretendieron ponerse en retirada, cosa que el General ángeles evito, arengándolos con pistola en mano para que siguieran en la lucha.

Ya con las baterías emplazadas, de inmediato abrieron fuego sobre “La Bufa” y “El Grillo” y debido a la concentración de fuegos de la artillería villista, la infantería villista ataco con mucho vigor las posiciones enemigas, lo federales no aguantaron el ataque y empezaron a desalojar sus posiciones, huyendo despavoridos hacia la ciudad.

A las 4 de la tarde, los villistas dieron el asalto final, quedando en sus manos “El Grillo” y con esta conquista, prácticamente los villistas habían ganado la batalla, pero faltaban algunos puntos importantes como el “Crestón Chino” y el cerro de “La Bufa”, en donde se encontraban diezmados los defensores.

A las 5 de la tarde termino la batalla, porque prácticamente los federales al ver desarticuladas sus defensas, huyeron despavoridos, tratando de abandona la plaza, para esto se concentraron en “La Ciudadela” dejando de pelear y en donde fueron masacrados por los revolucionarios que se dedicaron a solo matar a los soldados que huían sin pelear.

Un grupo integrado por varios miles de hombres, al mando de Luis Medina Barrón y otros generales, entre ellos Benjamín Argumedo, trato de huir por el rumbo de Guadalupe, en ese lugar, fueron masacrados por las tropas de Pánfilo Natera, que estaban posesionadas en “El panteón Nuevo”, los federales rompieron el cerco y huyeron rumbo a Aguascalientes, no sin antes dejar tapizado de cadáveres el camino a Guadalupe.

Al respecto, el General Felipe ángeles, menciona en sus memorias lo siguiente y cito:

“¡Ho, el camino de Zacatecas a Guadalupe!, una ternura infinita me oprimía el corazón; lo que la víspera me causo tanto regocijo como indicio inequívoco de triunfo, ahora me conmovía hondamente. Los siete kilómetros de carretera entre Zacatecas y Guadalupe, y las regiones próximas de uno y otro lado de esa carretera estabas llenas de cadáveres, al grado de imposibilitar al principio el tránsito de carruajes. Los cadáveres ahí tendidos eran, por lo menos, los ocho decimos de los federales muertos el día anterior, en todo el campo de batalla. ¡Y pensar que la mayor parte de esos muertos fueron cogidos de leva por ser enemigos de Huerta y, por ende, amigos nuestros!”

Hubo combates esporádicos en el interior de la ciudad, eran pequeños grupos de federales que se defendían inútilmente y morían en el acto. Finalmente, el 24 de junio de 1914, entro por la mañana a la ciudad el General Francisco Villa, dándose por terminada la batalla.

Los federales perdieron en la batalla: 6,690 muertos, tan solo en el camino a Guadalupe, se contaron 4,000 muertos. Además, tuvieron 2,137 heridos y 4,190 prisioneros. Entre dispersos y elementos que lograron escapar fueron aproximadamente 1,500 hombres, la derrota del ejercito federal fue total, ya que esta derrota obligo a renunciar a la presidencia a Victoriano Huerta.

Los revolucionarios perdieron aproximadamente 3 mil hombres entre heridos y muertos.