jueves, 9 de agosto de 2018

La Batalla de Zacatecas (Segunda parte-23 de junio de 1914)


A las 10 de la mañana como dijimos antes, se rompió el fuego en todas las líneas del frente de ataque villista. Principalmente proveniente de los cañones villistas que se encontraban ubicados en Vetagrande y la mina de la Plata, descargando toda su potencia de fuego sobre las posiciones federales, quienes se desconcertaron por la dirección de los disparos. Cabe hacer mención que las baterías villistas cambiaron de posición, precisamente para causar sorpresa a los federales.

Por el suroeste del dispositivo de ataque, sonaba aterrador el cañoneo de las baterías villistas al mando del coronel José Carrillo, quienes apoyaban con sus fuegos el avance de las tropas de la Brigada “Benito Juárez”, al mando del General Maclovio Herrera.

Mientras que, por el norte, las brigadas Villa y Cuauhtémoc avanzaron desde sus posiciones en la Hacienda Nueva, sobre el flanco del cerro de Loreto, apoyados por las baterías al mando del capitán Manuel Quiroz, emplazadas en Vetagrande. Al otro lado del cerro de Loreto, los federales recibían una lluvia de fuego sobre sus posiciones, provenientes de las baterías ocultas en la mina de La Plata al mando del General Felipe Ángeles

Por su parte la artillería federal que estaba emplazada en los cerros de “El Grillo” y “La Bufa” contestaban los fuegos de las baterías villistas, pero sus disparos eran siempre hacia la retaguardia de las tropas villistas, dando lo elevado de sus posiciones.

El fuego de las baterías villistas al mando del General Felipe Ángeles, causaba enormes estragos y desconcierto en las filas federales, aprovechando esta situación las tropas villistas avanzaron hasta tomar a sangre y fuego las trincheras ubicadas en el cerro de Loreto, las cuales los federales abandonaron en desordenada retirada, batidos por los certeros disparos de la artillería villista.

Apenas habían transcurrido unos cuantos minutos desde el inicio del combate y asalto al cerro de Loreto, y ya los revolucionarios tenían en su poder el cerro de Loreto y enseguida el de Tierra Negra, ubicado cerca del cerro de “La Bufa”

Por el lado derecho del cerro de Loreto avanzaron las tropas de las Brigadas “Villa” y “Cuauhtémoc”, al mando de los generales José Rodríguez y Trinidad Rodríguez, este último perdió la vida durante el asalto al cerro al igual que otros valerosos oficiales. Por el lado izquierdo de Loreto, avanzaron las tropas de la Brigada Zaragoza, al mando del coronel Raúl Madero

Mientras tantos, el cerro de Tierra Colorada o Tierra Negra fue tomado por tropas de las Brigadas “Morelos”, “Robles”, “Juárez de Durango” y “Guadalupe Victoria”, al mando de los generales Tomas Urbina, Eugenio Aguirre Benavides, Severino Ceniceros y el coronel Miguel González. La caída de estos dos cerros fue el principio del fin de la guarnición federal que defendía Zacatecas

A las once de la mañana, la caballería y la infantería villistas, estaban formadas y resguardadas en el cerro de Loreto en espera de órdenes, mientras que, después de consultarle al General Felipe Ángeles, el General Francisco Villa, ordena el desplazamiento de las baterías villistas hacia el cerro de Loreto, con el fin de darle apoyo con sus fuegos al coronel Martiniano Servían, quien al mando de sus tropas avanzaba penosamente por las faldas del cerro de “La Sierpe”.

El General Villa desde Loreto, ordeno que varias ametralladoras dispararan sobre las posiciones fedérales ubicadas en “La sierpe”, mientras que se emplazaba una batería al mando del mayor Federico Cervantes, la cual, al estar lista, de inmediato abrió fuego sobre el cerro de “La Sierpe”. Al poco tiempo se emplazó otra batería al mando del capitán Gustavo Duron, batiendo las posiciones federales, causando graves estragos por la gran precisión de sus disparos


los federales desalojaron sus posiciones y empezaron a huir por las faldas del cerro de “La Sierpe”, acosados por los disparos de las baterías al mando del capitán Gustavo Durón y el empuje de la infantería al mando del coronel Martiniano Servín, tras un duro combate cayo a sangre y fuego el cerro de “La Sierpe”. Cubriéndose de gloria la artillería villista al mando del General Felipe Ángeles, del mayor Federico Cervantes y del capitán Gustavo Durón

Con la toma de estas tres posiciones, el General ángeles, considero que sería más fácil desalojar a los federales que estaban atrincherado en la cúspide del cerro de “El Grillo” y una vez tomada esta importante posición la victoria final estaría al alcance de los revolucionarios. Fue entonces que el General Francisco Villa dispuso que la artillería bajo el mando del General Felipe ángeles cubriera el avance de las Brigadas “Zaragoza”, “Villa” y “Cuauhtémoc”, al mando del coronel Raúl Madero y del general José Rodríguez (Cabe hacer mención que el comandante de la Brigada “Cuauhtémoc”, General Trinidad Rodríguez había muerto en el asalto al cerro de Loreto) sobre las defensas federales de “El Grillo”.

Pero volver a emplazar la artillería en mejores emplazamientos no resultaba fácil, ya que al tenerse que moverse las piezas, atrajeron sobre ellos un fuego nutrido de fusilería y cañonazos desde “La Bufa”, que causo muchas muertes y muchos heridos. Mucho sufrió el capitán Gustavo Duron, para mover y emplazar sus baterías de nuevo.

Asimismo, el General Villa y el General ángeles eran constantemente informados por el General Tomas Urbina, del avance de las Brigadas “Juárez de Durango” y “Guadalupe Victoria”, al mando de los coroneles Severino Ceniceros y Miguel González, respectivamente, sobre el cerro de “La Bufa” y de la Brigada “Benito Juárez” y de las tropas de la División del Centro, la mando de los generales Maclovio Herrera y Pánfilo Natera por el sur.

Por lo que, platicando con el General ángeles, Villa le comento que, en cuanto los federales sean desalojados de “El Grillo”, sus tropas podrían desbaratar todas las defensas de los federales en Zacatecas y derrotar la resistencia de la restante guarnición federal.

Una vez que quedaron emplazadas las baterías villistas, Villa ordeno que toda la gente que sostenía a la artillería y que había quedado a la retaguardia, se pusieran bajo el amparo de la artillería y se colocaran en línea de tiradores.

Los federales posesionados en el cerro de “El Grillo” y la “La Bufa” al ver la gran concentración de tropas alrededor de la artillería villista, concentro sus fuegos sobre ese sitio, desmontando varios cañones y causando muchos muertos, además de causar el pánico en los que se encontraban ahí, estos pretendieron ponerse en retirada, cosa que el General ángeles evito, arengándolos con pistola en mano para que siguieran en la lucha.

Ya con las baterías emplazadas, de inmediato abrieron fuego sobre “La Bufa” y “El Grillo” y debido a la concentración de fuegos de la artillería villista, la infantería villista ataco con mucho vigor las posiciones enemigas, lo federales no aguantaron el ataque y empezaron a desalojar sus posiciones, huyendo despavoridos hacia la ciudad.

A las 4 de la tarde, los villistas dieron el asalto final, quedando en sus manos “El Grillo” y con esta conquista, prácticamente los villistas habían ganado la batalla, pero faltaban algunos puntos importantes como el “Crestón Chino” y el cerro de “La Bufa”, en donde se encontraban diezmados los defensores.

A las 5 de la tarde termino la batalla, porque prácticamente los federales al ver desarticuladas sus defensas, huyeron despavoridos, tratando de abandona la plaza, para esto se concentraron en “La Ciudadela” dejando de pelear y en donde fueron masacrados por los revolucionarios que se dedicaron a solo matar a los soldados que huían sin pelear.

Un grupo integrado por varios miles de hombres, al mando de Luis Medina Barrón y otros generales, entre ellos Benjamín Argumedo, trato de huir por el rumbo de Guadalupe, en ese lugar, fueron masacrados por las tropas de Pánfilo Natera, que estaban posesionadas en “El panteón Nuevo”, los federales rompieron el cerco y huyeron rumbo a Aguascalientes, no sin antes dejar tapizado de cadáveres el camino a Guadalupe.

Al respecto, el General Felipe ángeles, menciona en sus memorias lo siguiente y cito:

“¡Ho, el camino de Zacatecas a Guadalupe!, una ternura infinita me oprimía el corazón; lo que la víspera me causo tanto regocijo como indicio inequívoco de triunfo, ahora me conmovía hondamente. Los siete kilómetros de carretera entre Zacatecas y Guadalupe, y las regiones próximas de uno y otro lado de esa carretera estabas llenas de cadáveres, al grado de imposibilitar al principio el tránsito de carruajes. Los cadáveres ahí tendidos eran, por lo menos, los ocho decimos de los federales muertos el día anterior, en todo el campo de batalla. ¡Y pensar que la mayor parte de esos muertos fueron cogidos de leva por ser enemigos de Huerta y, por ende, amigos nuestros!”

Hubo combates esporádicos en el interior de la ciudad, eran pequeños grupos de federales que se defendían inútilmente y morían en el acto. Finalmente, el 24 de junio de 1914, entro por la mañana a la ciudad el General Francisco Villa, dándose por terminada la batalla.

Los federales perdieron en la batalla: 6,690 muertos, tan solo en el camino a Guadalupe, se contaron 4,000 muertos. Además, tuvieron 2,137 heridos y 4,190 prisioneros. Entre dispersos y elementos que lograron escapar fueron aproximadamente 1,500 hombres, la derrota del ejercito federal fue total, ya que esta derrota obligo a renunciar a la presidencia a Victoriano Huerta.

Los revolucionarios perdieron aproximadamente 3 mil hombres entre heridos y muertos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario