El Primer Intento, del 9 al 14 de junio de 1914
Después
de echarle una mirada y de enterarnos de los antecedentes del inicio del
conflicto que enfrentaban al General Francisco Villa y al Primer Jefe del
Ejército Constitucionalista. Venustiano Carranza, cuyo conocimiento es
indispensable para poder conocer el entorno político en que se desarrolló la
Batalla de Zacatecas en junio de 1914, por lo que nos podemos ocupar de los
preparativos para esta acción bélica.
Narra
el General Adolfo Terrones Benites, quien formara parte de las tropas que
venían de Durango al mando del General Domingo Arrieta, con el fin de unirse a
la División del Centro al mando del General Pánfilo Natera y cooperar en el
ataque a la Plaza de Zacatecas, al mando del General Luis Medina Barrón
Asimismo,
narra el General Terrones, que el 30 de abril de 1914, el propio General
Domingo Arrieta, recibió órdenes de Carranza para cooperar en la campana de
Zacatecas, por lo que, la primera jefatura de la Revolución le había facultado
para que emitiera una emisión de papel moneda con valor de cinco millones de
pesos, con el fin de sostener la campaña en el mencionado estado.
El
31 de mayo de 1914, sale de la ciudad de Durango un contingente de aproximadamente
4,800 soldados al mando del General Domingo Arrieta, al llegar a la Hacienda de
Trujillo. el 4 de junio del mismo año, recibió informes de que, en la Plaza de
Fresnillo, Zac., se encontraba un contingente de 200 federales de caballería,
al mando del Mayor Javier Medina Barrón, contingente que pertenecía a la
brigada al mando del General Lucio Gallardo.
Al
tener noticia de que se encontraba ahí ese contingente federal, el 6 de junio,
inicio el ataque sobre Fresnillo, sorprendiendo a la guarnición federal,
quienes sin poner casi resistencia evacuaron la plaza y se reconcentraron en la
Hacienda de la Concepción y después de reorganizarse continuaron su huida, los
revolucionarios los persiguieron hasta el nuevo día sin darles alcance, debido
que durante la noche les sacaron mucha ventaja.
Mientras
tanto, el General Pánfilo Natera, se encontraba con su Cuartel General en la
ciudad de Jerez, Zac., con destacamentos avanzados en la Hacienda de Santa
Rita, Rancho Colorado y la Hacienda del Maguey
El
día 7 de junio cerca del mediodía, el General Domingo Arrieta arribo a
Fresnillo, ordenando que al día siguiente todas las tropas a su mando avanzaran
hacia Calera y al tomaran a sangre y fuego.
Cabe
hacer mención que, en Calera, se encontraba la sede del 14/o. Regimiento de
Caballería integrado por 300 hombres, al mando del Mayor Agustín Priani. Los
revolucionarios empezaron el ataque como a las 4 de la mañana del 7 de junio,
cuando se preparaban para emprender el asalto, se dieron cuenta que los
federales evacuaban la plaza.
El
General Arrieta con sus tropas ocupo la plaza, al mediodía de ese día, llego un
correo a su Cuartel General, proveniente de la ciudad de Jerez, el cual era
portador de un mensaje del General Natera, en el cual le proponía una
entrevista en la Hacienda del Maguey para ese mismo día, con el fin de planear
juntos el ataque a Zacatecas.
Por
la tarde del 8 de junio, se llevó a cabo esa reunión, acompañados los generales
Arrieta y Natera, por los generales Santos Bañuelos, Fernando Reyes, Tomas
Domínguez, Martín Triana, Trinidad Cervantes y José Carrillo. Rápidamente el
General Natera, dio a conocer, según los informes que tenía, la situación de la
guarnición federal que defendía Zacatecas, al mando del General Luis Medina
Barrón, manifestó el general que aproximadamente defendían la plaza 12,400
hombres de las tres armas (Infantería, Caballería y Artillería).
Ese
contingente de tropas federales, en gran parte se encontraban en las defensas
de los cerros “El Grillo”, “La Bufa”, “El Crestón Chino”, “La Sierpe”,
“Clérigos”, “El Cobre”, “Bolsas”, “El Padre”, “El Observatorio”, “Cinco
Señores” y “El Refugio”, además, se encontraban destacamentos en el Panteón
Nuevo y Viejo, en la estación del ferrocarril y en los cuarteles de Santo
Domingo, el Cobre, la Ciudadela, la Comandancia de Policía, el Palacio
Municipal y en la Alameda.
Les
menciono a los ahí presentes, que el enemigo estaba poderosamente posesionado,
por lo que se podía considerar "que sus puestos de combate eran
inexpugnables".
Por
su parte, los revolucionarios sumaban 10,600 hombres, sumadas las tropas de la
División del Centro y las tropas de Durango, además de no contar con
artillería, solamente tenían 8 ametralladoras y muy pocas municiones calibre 7
mm., por lo anterior, sin ser uno adivino el ataque revolucionario iba
destinado al fracaso.
Debido
a la carencia de hombres y de material bélico, se determinó pedirle refuerzos a
la Jefatura del Ejército Constitucionalista que se encontraba en Saltillo,
Coah,, y mientras llegaban se decidió atacar la plaza, con el fin de establecer
un sitio formal y sostenerlo durante varios días hasta que llegaron los
refuerzas solicitados.
El
12 de junio de 1914, los revolucionarios atacaron la plaza por el norte y por
el sur, pero el ataque mal combinado termino en un grave fracaso, ante este
fracaso se sumó la desobediencia de alguno otros jefes que tenían por misión
cuidar la vía férrea que corre por el sur, con el fin de impedir que llegaran
refuerzos para los federales. Debido a esta desobediencia en el transcurso de 5
días les llegaron refuerzos a los federales, entre ellos un contingente de
“orozquistas” al mando del General Benjamín Argumedo, además de dos batallones
de alta fuerza.
La
llegada de estos refuerzos, determino que el General Natera y su División del
Centro, junto con las tropas de Durango, levantara el asedio y se retirara
completamente derrotado.
Por
último, deduzco en lo personal, que la División del Centro y las tropas de
Durango, no estaban capacitadas y armadas para tomar la plaza, básicamente por
la insuficiencia de pertrechos y sobre todo, por la falta de artillería. Con lo
anterior se denota, que ni con los 3 mil hombres que le ordeno Carranza a Villa
que enviara como refuerzos no iban a poder tomar la plaza, afirmando la
sospecha que a Carranza no le importo sacrificar vidas valiosas, tan solo para
evidenciar y tratar de menoscabar el prestigio del General Francisco Villa.
Los
federales se felicitaron por este triunfo. Triunfo que les iba a durar muy
poco, ya que en la lejanía se veía venir la División del Norte para quitarle la
plaza a sangre y fuero, pero esa es otra historia que muy pronto les voy a
contar.
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