jueves, 2 de agosto de 2018

La Batalla de Zacatecas: El Primer Intento, del 9 al 14 de junio de 1914


El Primer Intento, del 9 al 14 de junio de 1914

Después de echarle una mirada y de enterarnos de los antecedentes del inicio del conflicto que enfrentaban al General Francisco Villa y al Primer Jefe del Ejército Constitucionalista. Venustiano Carranza, cuyo conocimiento es indispensable para poder conocer el entorno político en que se desarrolló la Batalla de Zacatecas en junio de 1914, por lo que nos podemos ocupar de los preparativos para esta acción bélica.

Narra el General Adolfo Terrones Benites, quien formara parte de las tropas que venían de Durango al mando del General Domingo Arrieta, con el fin de unirse a la División del Centro al mando del General Pánfilo Natera y cooperar en el ataque a la Plaza de Zacatecas, al mando del General Luis Medina Barrón

Asimismo, narra el General Terrones, que el 30 de abril de 1914, el propio General Domingo Arrieta, recibió órdenes de Carranza para cooperar en la campana de Zacatecas, por lo que, la primera jefatura de la Revolución le había facultado para que emitiera una emisión de papel moneda con valor de cinco millones de pesos, con el fin de sostener la campaña en el mencionado estado.

El 31 de mayo de 1914, sale de la ciudad de Durango un contingente de aproximadamente 4,800 soldados al mando del General Domingo Arrieta, al llegar a la Hacienda de Trujillo. el 4 de junio del mismo año, recibió informes de que, en la Plaza de Fresnillo, Zac., se encontraba un contingente de 200 federales de caballería, al mando del Mayor Javier Medina Barrón, contingente que pertenecía a la brigada al mando del General Lucio Gallardo.

Al tener noticia de que se encontraba ahí ese contingente federal, el 6 de junio, inicio el ataque sobre Fresnillo, sorprendiendo a la guarnición federal, quienes sin poner casi resistencia evacuaron la plaza y se reconcentraron en la Hacienda de la Concepción y después de reorganizarse continuaron su huida, los revolucionarios los persiguieron hasta el nuevo día sin darles alcance, debido que durante la noche les sacaron mucha ventaja.

Mientras tanto, el General Pánfilo Natera, se encontraba con su Cuartel General en la ciudad de Jerez, Zac., con destacamentos avanzados en la Hacienda de Santa Rita, Rancho Colorado y la Hacienda del Maguey

El día 7 de junio cerca del mediodía, el General Domingo Arrieta arribo a Fresnillo, ordenando que al día siguiente todas las tropas a su mando avanzaran hacia Calera y al tomaran a sangre y fuego.

Cabe hacer mención que, en Calera, se encontraba la sede del 14/o. Regimiento de Caballería integrado por 300 hombres, al mando del Mayor Agustín Priani. Los revolucionarios empezaron el ataque como a las 4 de la mañana del 7 de junio, cuando se preparaban para emprender el asalto, se dieron cuenta que los federales evacuaban la plaza.

El General Arrieta con sus tropas ocupo la plaza, al mediodía de ese día, llego un correo a su Cuartel General, proveniente de la ciudad de Jerez, el cual era portador de un mensaje del General Natera, en el cual le proponía una entrevista en la Hacienda del Maguey para ese mismo día, con el fin de planear juntos el ataque a Zacatecas.

Por la tarde del 8 de junio, se llevó a cabo esa reunión, acompañados los generales Arrieta y Natera, por los generales Santos Bañuelos, Fernando Reyes, Tomas Domínguez, Martín Triana, Trinidad Cervantes y José Carrillo. Rápidamente el General Natera, dio a conocer, según los informes que tenía, la situación de la guarnición federal que defendía Zacatecas, al mando del General Luis Medina Barrón, manifestó el general que aproximadamente defendían la plaza 12,400 hombres de las tres armas (Infantería, Caballería y Artillería).

Ese contingente de tropas federales, en gran parte se encontraban en las defensas de los cerros “El Grillo”, “La Bufa”, “El Crestón Chino”, “La Sierpe”, “Clérigos”, “El Cobre”, “Bolsas”, “El Padre”, “El Observatorio”, “Cinco Señores” y “El Refugio”, además, se encontraban destacamentos en el Panteón Nuevo y Viejo, en la estación del ferrocarril y en los cuarteles de Santo Domingo, el Cobre, la Ciudadela, la Comandancia de Policía, el Palacio Municipal y en la Alameda.

Les menciono a los ahí presentes, que el enemigo estaba poderosamente posesionado, por lo que se podía considerar "que sus puestos de combate eran inexpugnables".  

Por su parte, los revolucionarios sumaban 10,600 hombres, sumadas las tropas de la División del Centro y las tropas de Durango, además de no contar con artillería, solamente tenían 8 ametralladoras y muy pocas municiones calibre 7 mm., por lo anterior, sin ser uno adivino el ataque revolucionario iba destinado al fracaso. 

Debido a la carencia de hombres y de material bélico, se determinó pedirle refuerzos a la Jefatura del Ejército Constitucionalista que se encontraba en Saltillo, Coah,, y mientras llegaban se decidió atacar la plaza, con el fin de establecer un sitio formal y sostenerlo durante varios días hasta que llegaron los refuerzas solicitados.

El 12 de junio de 1914, los revolucionarios atacaron la plaza por el norte y por el sur, pero el ataque mal combinado termino en un grave fracaso, ante este fracaso se sumó la desobediencia de alguno otros jefes que tenían por misión cuidar la vía férrea que corre por el sur, con el fin de impedir que llegaran refuerzos para los federales. Debido a esta desobediencia en el transcurso de 5 días les llegaron refuerzos a los federales, entre ellos un contingente de “orozquistas” al mando del General Benjamín Argumedo, además de dos batallones de alta fuerza.

La llegada de estos refuerzos, determino que el General Natera y su División del Centro, junto con las tropas de Durango, levantara el asedio y se retirara completamente derrotado.

Por último, deduzco en lo personal, que la División del Centro y las tropas de Durango, no estaban capacitadas y armadas para tomar la plaza, básicamente por la insuficiencia de pertrechos y sobre todo, por la falta de artillería. Con lo anterior se denota, que ni con los 3 mil hombres que le ordeno Carranza a Villa que enviara como refuerzos no iban a poder tomar la plaza, afirmando la sospecha que a Carranza no le importo sacrificar vidas valiosas, tan solo para evidenciar y tratar de menoscabar el prestigio del General Francisco Villa.

Los federales se felicitaron por este triunfo. Triunfo que les iba a durar muy poco, ya que en la lejanía se veía venir la División del Norte para quitarle la plaza a sangre y fuero, pero esa es otra historia que muy pronto les voy a contar.

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